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COMENTARIO- Jugar y leer en la primera infancia, Constanza Mekis

Actualizado: 3 jun 2022


“¡Oh, simpáticos acordeones! Vosotros no contáis grandes mentiras poéticas como la fastuosa guitarra; vosotros no inventáis leyendas pastoriles como la zampoña o la gaita…” Pío Baroja

Cuando hablamos de libros infantiles tres sustantivos se vuelven importantes: asombro, extrañeza y admiración. Y para hablar de esta Colección Acordeón de Liebre Ediciones, puedo decir que las tres palabras son precisas. ¿Es posible comenzar diciendo que es una colección fabulosa? Respondo que sí con convicción. Es tal cuando los libros producen expectación, acercan a la sorpresa y el maravillarse. Hay tres libros, tres prodigios, tres autores: El Mar de Pablo Luebert, El Bosque de Sebastián Ilabaca y La Montaña de Andrea Antinori. Hay, sin embargo, un hilo conductor: el descubrimiento afectivo de lo prodigioso y lo inesperado, de lo que surge por primera vez y nos conmueve.


Como adulta lectora, puedo decir que en una primera instancia me atrapó la interacción latente de los tres libros que componen la serie. Dos personas adultas que vieron la Colección Acordeón coincidieron en la primera reacción, se preguntaron con sorpresa: ¿son libros chilenos? Nos reconforta decir que son una producción nacional, creados por Ediciones Liebre, editorial independiente enfocada en primera infancia. Sus editoras en ristre son la ilustradora y escritora Paloma Valdivia y la historiadora y escritora Mónica Bombal. ¡Un lujo de colección! Estos libros de cartoné, con grandes hojas que se abren y despliegan, nos llevan a la imagen del acordeón. Cada fuelle se expande, llegando a una extensión descomunal de casi tres metros y medio por lado; siete metros de lectura en cada libro, completamente ilustrado, con una sucesión de imágenes, variadas solapas y perforaciones que generan sorpresas. ¡Un increíble libro objeto sin textos! El cartoné es de gran calidad lo que le otorga una especial resistencia y estabilidad para ¡pararse bien! Al desplegarlo se convierte en un enorme friso de doble hojas, un muro zigzagueante que puede tener a un grupo de lectores por ambos lados. Lectura participativa y colectiva entre niños y niñas. El formato y dimensiones aportan a crear una secuencia narrativa que puede variar en distintas lecturas, desafiando al lector a tomar decisiones ¿Leo de izquierda a derecha o a la inversa? ¿Respeto el concepto de doble página como unidad o hay otros sentidos al leer el todo?* En este encuentro entre libros y niños ocurre algo muy interesante: lo primero que descubren es un espacio de juego, una fortificación. Se da un movimiento muy bonito, el de sumergirse en las ilustraciones. Para el adulto que mira desde afuera es un desaparecer del niño. Luego emergen con algún comentario. En ese movimiento, el libro invita a estar en el suelo, en la tierra. El cuerpo entero se conecta y dispone para la observación y lectura. Las ilustraciones y disposición de los objetos llevan a la conversación, a contarse los descubrimientos de cada detalle: «¡Mira! ¡Acá hay…! ¡Encontré…!”. Una vez que termina ese juego, el libro aparece como tal. Al parecer, después de haber interactuado con el objeto no es evidente que se transforma en un libro y hay en ello un nuevo descubrimiento: «¡Mira! También se puede leer como un libro». Los niños, como los científicos, buscan darle sentido al mundo. Ambos son curiosos y activos investigadores, tratando de convertir sus observaciones, en preguntas, nuevas acotaciones, intereses diversos, indagaciones entretenidas. Desde el comienzo mismo de la formación de niños y niñas, buscamos que sientan la alegría del descubrimiento y de vivir experiencias y aventuras. En el mejor de los casos, en este proceso llegarán a comprender que las ideas son un correlato o una traducción teórica de la corriente de acontecimientos que fluye a través de su vida. Ana Paula Paiva nos dice: “dar acceso a libros que se relacionan más bien con la necesidad infantil de jugar con sus pliegues, con los elementos que lo componen, y con las sorpresas escondidas tras cada lengüeta por descubrir. Los libros juguetes valoran la sinestesia y pueden ser un estímulo a la ficcionalización infantil. Ellos aman los objetos lúdicos para tocar y jugar, sienten atracción por sonidos divertidos y figurativos. Los niños aprenden mejor con la acción participativa”**[1]. El libro juego, entonces, es un fenómeno que conquista a los infantes. La Colección Acordeón propicia un variado juego de construcción de sentidos, haciendo eco de lo que señala la investigadora Rosa Tabernero: “configuran un tipo de lectura en la que los contenidos se ponen al servicio de la interacción, la exploración y lo experiencial, puesto que cada lector/a responde desde la propia experiencia y conocimiento a la exigencia de cooperación, acción y participación en el proceso de construcción de sentidos”*** Conozcamos cada uno de los títulos y sus geniales autores.


El mar.

Pablo Luebert

Portada del libro El mar Neruda se pregunta: ¿Dónde está el centro del mar? ¿Por qué no van allí las olas? ¿No estará prestado el mar por un corto tiempo a la tierra? El mar quizás contesta estas preguntas y nos lleva a otras. Por un lado, el libro con sus coloridas y minuciosas ilustraciones nos invita a descubrir relatos que suceden en la costa. Nos encontramos con la arena y sus castillos, las olas del mar, personas disfrutando distintas actividades, seres marinos (caracoles, cangrejos, estrellas de mar) … Mientras que, por el otro lado, la invitación es a comenzar un fabuloso viaje hacia las profundidades de los mares y conocer a sus habitantes: ballenas y peces de todos los colores, tamaños y formas; extrañas criaturas; arrecifes de coral; científicos con trajes submarinos y tanques de oxígeno; gigantes y dioses marinos, mostrando sus mundos mitológicos y personajes de la literatura clásica. También nos invita a encontrar objetos perdidos: una escafandra gigante, tesoros del fondo del mar, submarinos ¡Se siente el agua muy fría!

Pablo Luebert (Chile). Ilustrador independiente. Estudió Filosofía y Diseño gráfico en Santiago. Sus ilustraciones han estado presente tanto en Chile como en el extranjero en libros como ¿De qué color es tu sombra?, Somos polvo de estrella, Nina Nené, Nosotros y el cambio climático, así como también en exposiciones, revistas, diarios y representando distintas marcas. Su obra explora la expresión gráfica y poética de las imágenes. Crea espacios poblados de detalles, contienen mucha fuerza espontánea en las formas y texturas, con una paleta de colores admirable, incluyendo constantemente un sutil sentido del humor. Vive en el sur de Chile con su familia quienes, en sus palabras son los “mejores/peores críticos del universo”.


El bosque.

Sebastián Ilabaca


Portada del libro El bosque En El bosque, los espacios, la flora y fauna parecen encantados. Las ilustraciones nos permiten una inmersión en el bosque, y nos hacen el regalo de poder experimentar el disfrute, felicidad y curiosidad de los animales. Somos testigos de una grata convivencia entre sus protagonistas: pasean, exploran, cantan, juegan, corren, tocan instrumentos, bailan, se bañan, se abrazan y se cuidan. Estos habitantes quieren su entorno, lo cultivan. Se necesitan pequeñas exploradoras, infantes aventureros y excursionistas, para indagar lugares especiales de las hospitalarias casas. ¿Quieres buscar animales? ¿Sabes jugar a las escondidas? Es un reto encontrar a estos personajes adorables, en espacios comúnmente habitados por seres humanos. Las sorpresas no paran, hay un gran pozo de los deseos y una tarta de frambuesas esperándote.

Sebastián Ilabaca (Chile). Ilustrador y artista gráfico. Sus ilustraciones de flora, fauna y humanos están siempre llenas de poesía y ternura. En sus particulares paisajes combina la ciencia y las emociones de la sociedad actual. Nos cuenta: «Quiero que mi dibujo se comunique con los niños, porque ellos saben mejor que los adultos cuándo uno no está siendo sincero como artista». Obtuvo el Premio de Literatura Marta Brunet 2019 con el libro Las rayas del tigre, y ha ilustrado diversas publicaciones como El gran forastero, Bartleby, el escribano, Wakefield, Mientras un lobo le canta a la luna, En el horizonte se dibuja un barco, Verde/Azul. De los glaciares al mar, Yo sé que los elefantes lo saben todo, Adivinanzas- Caja lectora, Aserrín aserrán-Mi memoria.


La montaña.

Andrea Antinori


Portada del libro La montaña El creador se las ingenia para ilustrar la luz de las montañas, con sus muchos colores. Nos emocionamos en este paraje que es uno de los ropajes de la tierra. Se siente el viento y las semillas y flores que vuelan al valle. Por un lado del libro se leen las grandes posibilidades que te entrega la montaña: escalar, acampar, cultivar, esquiar, investigar geoglifos, pasear en teleférico. En el anverso nos sorprendemos al encontrarnos con personajes de cuentos, mitos y leyendas que son parte del imaginario colectivo. Sin embargo, también podemos ver personajes que nos acercan a lo insólito: un lector arriba de un guanaco, una cabra haciendo ballet, dinosaurios… y unos murciélagos que son los más bonitos ilustrados que he visto en mi vida. Es una invitación a abrir ventanitas y a seguir descubriendo personajes. No necesitas anteojos especiales para ver todo esto, hay linternas gigantes que te esperan.

Andrea Antinori (Italia). Es ilustrador y diseñador. Sabe que para un niño “un libro es mucho más que un soporte para la lectura. Se trata de una ventana al mundo, amigo y juguete, un despertador para la imaginación”. En sus expresivas ilustraciones conmueve su capacidad de observación, donde está presente la fantasía y la veracidad científica. Trabaja ilustrando con humor y vitalidad en libros como Blanco como nieve, Contar, El naranjo, La ciudad de las listas y La entrada de Cristo en Bruselas. En 2017 recibió el premio Andersen en Italia por La sopa del ogro, como mejor libro para niños de 6 a 9 años. Sus ilustraciones han sido destacadas en las ferias de Bolonia y Shanghái. Ha sido seleccionado en la lista de honor de IBBY Italia.




Lanzamiento de Colección Acordeón de Ediciones Liebre en BILIJ, 2 de abril, 2022

Para terminar, quisiera valorar el hilo conductor en la temática de esta colección: el acercamiento a la naturaleza como vida. Hoy más que nunca necesitamos que desde la primera infancia aprendamos a disfrutarla y gozarla con respeto, conocer su mundo interior y exterior. La capacidad de observar de manera simple un árbol, la luz en montaña o el color del horizonte se profundiza con el mundo que nos presenta esta colección. La exploración de narraciones visuales interpela y conmueve al lector de una manera poética y referencial. Es decir, muestran el mundo de la naturaleza que trae consigo el arte y la ciencia.


* Mociño González (2018). «Retos ante la lectura de un libro acordeón sin palabras«. Poiésis – Revista do Programa de Pós-Graduação em Educação. Universidad de Vigo, Portugal ** Paiva, Ana Paula. Actas del Primer Congreso Internacional de Lectura en Primera Infancia, 8 y 9 de octubre 2019. IBBY Chile y Fundación Entrelineas. *** Tabernero, Rosa (2019). El objeto libro en el universo infantil: la materialidad en la construcción del discurso. Zaragoza, España. Prensas de la Universidad de Zaragoza.



Constanza Mekis es Bibliotecaria de la Universidad de Chile. Magíster en Lectura, Libros y Literatura Infantil y Juvenil, Universidad de Zaragoza. Directora IBBY para América Latina y el Caribe 2020-2022 y presidenta de Fundación Palabra.

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